Este 26 de marzo, los miembros del Parlamento Europeo han votado a favor de la directiva sobre derechos de autor de la UE, trámite último antes de que se convierta en ley. La directiva aprobada hoy incluye el controvertido Artículo 13, que limita estrictamente la libertad de expresión en línea, en un vehemente intento de acotar las violaciones de derechos de autor.
El resultado de la votación final fue de 348 votos a favor, 274 en contra y 36 abstenciones. Separadamente, se votó si debía eliminarse el Artículo 13 del resto de la directiva, y los votos en contra fueron solo 5 más que los votos a favor.
La directiva sobre derechos de autor, cuya primera versión se hizo pública en 2016, tiene por objeto armonizar la legislación sobre el mercado único digital.
Las desventajas de los filtros de contenidos
El Artículo 13 de la directiva regula las grandes plataformas de Internet y modifica el régimen de responsabilidad existente. Hasta ahora, la responsabilidad de subir contenidos que infringían derechos de autor recaía en la persona o entidad que los subía, a menos que la plataforma estuviera informada o tuviera conocimiento de dicha infracción. Con arreglo al Artículo 13 de la directiva sobre derechos de autor, esta responsabilidad recaerá ahora sobre la plataforma de Internet que aloja el contenido (por ejemplo, YouTube o Facebook).
Si una empresa de Internet aloja en su sitio web contenidos que infrinjan derechos de autor, podría ser objeto de elevadas multas por parte de la UE. Para evitarlo, las plataformas deberán implementar filtros de contenidos de contenidos, es decir, sistemas que automáticamente analicen los contenidos susceptibles de violar derechos de autor e impidan que sean compartidos.
¿Qué tienen de malo los filtros de contenidos? Estos osos panda te lo explican.
Es cierto que la directiva de derechos de autor prevé mejoras diversas, y la armonización es un paso importante. Sin embargo, no podemos ignorar el claro peligro del Artículo 13, que limita indebidamente la libertad de expresión en línea y la libertad de Internet. El Artículo 13 crea complica mucho la situación a startups y pequeñas empresas, que no pueden permitirse los costosos filtros de contenidos ni contratar a los incontables empleados necesarios para controlar cada subida de contenido.
Una pequeña petición
El pasado mes de julio, parecía que nos encontrábamos cerca de hallar una solución para la nueva legislación sobre derechos de autor, la cual que no supondría acabar con la red libre y abierta. Académicos, creadores, organizaciones de derechos humanos y derechos digitales, y un relator especial de las Naciones Unidas mostraron su oposición al Artículo 13. Más de 5,1 millones de personas firmaron una petición al respecto, y decenas de miles se manifestaron contra el Artículo 13.
No pedíamos mucho, únicamente la supresión de este artículo.
Pero no ocurrió, por apenas 5 votos. En las fases previas de la votación, quienes protestaban contra el Artículo 13 fueron calumniados y acusados de estar al servicio de los gigantes de Internet. No podría estar más lejos de la verdad y esperamos sinceramente que nadie lo crea.
En casi todos los casos, con cualquier ley, es necesario considerar y proteger diferentes valores. Esta vez han ganado las discográficas y los estudios cinematográficos, y han perdido los ciudadanos de la UE, los artistas menos conocidos, los gamers y los desarrolladores de software.
Liberties considera que el Artículo 13 viola los derechos fundamentales establecidos en la Carta de la UE. Si los Estados miembros aplican la nueva directiva, es muy probable que los defensores de los derechos humanos interpongan un recurso ante el Tribunal de Justicia Europeo para ver cómo se evalúan los derechos fundamentales frente a los derechos de autor. Liberties estará ahí para prestar su ayuda, invocando a la protección de los derechos humanos.