Ion Iliescu, ex presidente de Rumanía, declaró a Der Spiegel que Rumanía proporcionó un lugar para las actividades de la CIA, identificado en su informe de torturas como "Centro clandestino de detención". Altos cargos rumanos negaron su existencia. Según Der Spiegel, Iliescu es el "segundo jefe de Estado que reconoce la existencia de centros de detención secretos de la CIA, junto con el ex presidente polaco Kvasnievski". Un ciudadano saudí ha presentado en el CEDH una demanda contra Rumanía y Polonia, afirmando que fue torturado en lugares secretos de esos países entre 2003 y 2006.