Es solo el primer paso, pero es importante: el pasado 13 de octubre el Parlamento italiano dijo por primera vez "sí" a una nueva ley de ciudadanía que reconoce la ciudadanía italiana por razón de ius soli o ius culturae, en vez de ius sanguinis. Los hijos de nacionales de terceros países podrán ser registrados (al nacer o cuando lleguen a la edad de consentimiento) como ciudadanos italianos si han nacido en Italia (siempre que uno de sus progenitores tenga permiso de residencia) o asistido a la escuela italiana al menos 5 años. La nueva ley pasa ahora al Senado para su discusión.