El TEDH ha condenado al Gobierno rumano por ser responsable de la muerte en 2004 de Valentin Câmpeanu, de 18 años de edad, tras ser obligado a vivir temperaturas bajo 0 en un hospital psiquiátrico. Abandonado al nacer, el Sr. Câmpeanu no tenía quién reclamase por su muerte, que habría pasado desapercibida de no ser porque una ONG llevó su caso ante el TEDH. La decisión tendrá repercusiones en los ordenamientos jurídicos de toda Europa, ya que el Tribunal aclaró que las ONG pueden representar a personas con discapacidad que mueren sin tener ningún familiar que pida justicia en su nombre.