Un nuevo informe de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE, muestra que aunque la UE cuenta con una legislación que prohibe ciertas formas de explotación laboral severa, los trabajadores que se mueven dentro o que migran a la UE pueden ser víctimas de ésta. El informe destapa que la explotación laboral delictiva está muy extendida en una serie de sectores, particularmente en la agricultura, la construcción, hostelería y restauración, trabajo doméstico y fábricas y que los autores apenas corren riesgo de ser acusados o de tener que compensar a las víctimas.