Geert Wilders, líder populista neerlandés, ha lanzado su campaña electoral tildando a los marroquíes de "chusma". El político encabeza los sondeos de opinión de cara a las elecciones del 15 de marzo, aunque en las últimas semanas la distancia se ha acortado. Sus últimos comentarios llegan dos meses después de que un tribunal le condenara por incitación a la discriminación por prometer reducir el número de marroquíes del país: ahora, ha jurado vetar la inmigración musulmana y cerrar las mezquitas si gana. De acuerdo con el censo de 2011, más de 167.000 marroquíes residen en Países Bajos.