La Junta Directiva de la Liga Helénica de los derechos humanos manifiesta su repulsión con el incidente en el cual se hundió un barco en Samos, cobrando la vida de más de 20 personas. Este incidente demuestra la falta de medidas preventivas en Grecia, y cómo se gestionan los accidentes cuando ocurren. Un agravante para este problema, es la actitud generalizada que considera estos accidentes como "daños colaterales" legítimos de la política de cero tolerancia hacia los migrantes irregulares, acondicionado a la sociedad a aceptar con cierta "normalidad" las muertes en masa.
El ejercicio de la soberanía de estado en materia de flujos migratorios no se puede observar incondicionalmente y sin límites: esta sometida a restricciones delineadas por tratados internacionales que obliga a un país a proteger a solicitantes de asilo y, de la misma manera, proteger la vida de todo ser humano, sin ningún tipo de discriminación.
Las prácticas actuales - e ineficaces - sólo traerá más tragedia.