Las asociaciones que ayudan a familias sin hogar en Bruselas están sonando la alarma: a finales de junio, existen 200 personas más en riesgo de convertirse en personas sin hogar, y resultar en la calle, quienes carecen de necesidades básicas para sobrevivir. Esta es una situación inaceptable en una sociedad democrática que se tilda como respetuosa de los derechos humanos y los derechos de menores. Remediar esta situación requiere una responsabilidad política compartida y la implementación de soluciones sostenibles.