Los aspirantes a autócratas de Hungría y Polonia han seguido aumentando su control del poder mientras otros países de la UE han tolerado que sus democracias se estancaran, de acuerdo con el informe sobre la situación de la democracia en la UE, publicado por Liberties el mes pasado. La invasión de Ucrania por parte de Putin debe hacer que los gobiernos de la UE se den cuenta de que necesitan fortalecer las democracias en la Unión.
Los autócratas irresponsables son peligrosos
Las acciones de Putin nos recuerdan que, cuando el gobierno no rinde cuentas a la ciudadanía, los líderes pueden abusar de su poder con impunidad y hacer sufrir a las personas comunes, dentro y fuera del país. El modo en que el Kremlin ha reprimido las protestas y ha manipulado a la opinión pública demuestra que, en una autocracia, la ciudadanía no tiene las herramientas necesarias para controlar a sus líderes: los autócratas disponen de la capacidad de servirse a sí mismos en lugar de a su pueblo.
La UE ha
tardado en tomar medidas eficaces para proteger las reglas democráticas en
Hungría y Polonia. Recientemente hemos observado a Von der Leyen prevaricar todavía más sobre el uso de un nuevo mecanismo para cortar la financiación a
los gobiernos que dañan la democracia, a pesar de que el Tribunal de Justicia
declaró que el mecanismo era legítimo. La invasión de Ucrania debe incrementar
la determinación de la UE de utilizar los poderes que tiene para proteger la
democracia por tres razones.
Hungría y Polonia siguen el modelo de Putin
En primer lugar, porque tanto PiS como Fidesz han copiado las medidas de Putin para convertir sus países en autocracias, y las autocracias son peligrosas. El informe de Liberties 2022 sobre la democracia en la UE documenta cómo los regímenes han tomado medidas para subyugar a los medios de comunicación, se han hecho con el control de los tribunales o han reescrito la constitución para poder saltarse las leyes que entorpecen sus planes, han intentado aniquilar a las organizaciones de derechos y democracia y han restringido el derecho a la protesta. Otros informes detallan cómo los dos gobiernos han tomado medidas para alterar el terreno de juego de las elecciones.
Orban y Kaczynski no llevan tanto tiempo en el poder como Putin y no se han comportado con tanta violencia. Hoy en día, es inimaginable que PiS o Fidesz vayan a usar la fuerza contra otro país de la UE. Pero las reglas están cambiando con rapidez. Hace diez años, era inimaginable que regímenes así pudieran existir dentro de la UE.
Alemania por la Segunda Guerra Mundial y avivar los agravios por el territorio húngaro perdido. A ambos gobiernos, les da la posibilidad de intimidar a Bruselas con amenazas de poner a la opinión pública nacional en contra de la UE y quizás incluso de abandonarla. Si PiS y Fidesz consolidan las autocracias en Polonia y Hungría, ¿qué tipo de acciones estarán dispuestas a emprender dentro de diez o veinte años? Actualmente, su capacidad para controlar el debate público, saltarse la ley y reprimir las críticas ha facilitado a ambos regímenes la persecución de grupos marginados, como las personas LGBTIQ, las feministas y las personas migrantes. Les permite azuzar a sus bases atacando a
La UE está ahora mejor situada para proteger la democracia en Hungría y Polonia
En segundo
lugar, porque la UE tiene ahora una posición más fuerte. Algunos comentaristas se
preguntan si la UE está en condiciones de mantener la presión sobre Orban y
Kaczynski para que reviertan su destrucción de la democracia. Argumentan que
Polonia y Hungría amenazarán con vetar las medidas de la UE contra Putin a
menos que la UE deje de presionarlos para que respeten el Estado de derecho.
Por el
contrario, la situación actual, aunque puede ayudar a su popularidad en el
interior a corto plazo, a largo plazo debilita las fuerzas de estos regímenes
en relación con la UE. En primer lugar, tienen verdadero miedo de ser los
siguientes en el menú de Putin, porque tienen frontera con Ucrania (aunque
Orban no esté todavía dispuesto a quemar sus puentes con Putin). Bloquear la
acción de la UE contra el Kremlin iría en contra de sus intereses. En segundo
lugar, ahora necesitan aún más a la UE y sus fondos. Formar parte de la UE les
ofrece una mayor protección económica y política. Ambos necesitarán ayuda
adicional de la UE para atender a los refugiados ucranianos. Además, al menos
para Hungría, recurrir a Rusia para obtener financiación como alternativa a la
UE ya no es una opción. En tercer lugar, la forma en que la UE y la OTAN han
respondido a la invasión elimina el poder de convocatoria de las proclamas
nacionalistas utilizadas por Fidesz y PiS. Ni siquiera sus partidarios seguirán
convencidos de que la UE trata a sus miembros como la Unión Soviética o de que
Alemania sigue siendo enemiga de Polonia.
La UE está
ahora en una posición más fuerte para indicar a Orban y Kaczynski que han
perdido su influencia. La opinión pública de toda Europa se ha unido contra
Putin. Con toda probabilidad, será fácil para otros gobiernos de la UE
convencer a sus votantes de que apoyen las medidas de la UE que impidan que PiS
y Fidesz copien las políticas de Putin para establecer una autocracia. Además,
es poco probable que los regímenes puedan intimidar a Bruselas con la amenaza
de azuzar la ira interna hacia la UE, porque esa tesis es ahora demasiado
inverosímil. Todo ello debería dar a la Comisión Europea y a otros gobiernos de
la UE la voluntad política de utilizar las herramientas que han sido reticentes
a poner en marcha hasta la fecha, como la paralización de los fondos de la UE y
la activación del Artículo 7.
Todos los gobiernos de la UE necesitan renovar sus democracias
En tercer lugar, porque los gobiernos de la UE han tolerado que sus propias democracias
se estancaran, dando lugar a gobiernos que no trabajan para sus pueblos y a
divisiones que pueden ser explotadas por Putin y otros con agendas
ultraconservadoras. Hay muchos problemas que corroen las democracias de la UE.
Las restricciones al derecho de protesta y a las organizaciones de derechos y
democracia, la pérdida de calidad e independencia de los medios de
comunicación, la falta de financiación y la manipulación del poder judicial, el
robo de datos y la monetización de la desinformación y la polarización política
por parte de las empresas de redes sociales, el retroceso en la igualdad, la corrupción estratégica y la demonización de las personas migrantes.
Algunos de
estos problemas han sido impulsados por el Kremlin y las fuerzas de extrema
derecha que apoyan a Trump en Estados Unidos. En parte, para hacer retroceder el
progreso hacia la libertad y la igualdad promoviendo una ideología
ultraconservadora. En parte, para crear inestabilidad y dificultar la respuesta
de las democracias a Putin. Una democracia que funciona correctamente no es
sólo la mejor manera de comprobar que los líderes trabajan para la
ciudadanía y no para sí mismos; es también esencial para inmunizar a nuestras
sociedades contra los intereses malignos que quieren debilitar y dividir a las
democracias por razones geopolíticas.