La penitenciaría de Parma - donde están presos algunos de los peores delincuentes italianos- se encuentra actualmente bajo investigación debido a algunos casos preocupantes de palizas a los internos. En un caso, ocho hombres están siendo investigados por los malos tratos graves a un recluso de origen marroquí, Rachid Assarag, que se sucedieron entre 2010 y 2011.
Assarag fue condenado por un delito grave de violencia sexual contra dos mujeres jóvenes, lo que pudo haber sido la razón de su maltrato a manos de la policía penitenciaria. Secretamente, grabó a algunos guardias penitenciarios, así como al médico de la cárcel, hablando de lo sucedido y tratando de disuadirle de denunciarlo.
"Así es como funcionan las cosas"
"He pegado a muchos detenidos, no puedo recordar si usted era uno de ellos", dijo el guardia penitenciario que presuntamente participó en las palizas a Assarag.
"Así es como funcionan las cosas dentro de las prisiones", respondió el psicólogo de la penitenciaría, cuando Assarag se quejó de las palizas a que había sido sometido. "Dudo que se puede hacer nada para cambiarlo".
Estas declaraciones grabadas llegaron a manos del abogado de Assarag, y no tardó en abrirse una investigación. El abogado de Assarag, Fabio Anselmo, especializado en casos de maltrato de personas bajo custodia y que ya ha representado a los familiares de Federico Aldrovandi y Stefano Cucchi, declaró:
"En la penitenciaría de Parma, los detenidos fueron sometidos sistemáticamente a un trato violento a manos de guardias penitenciarios que nunca tuvieron asumir la responsabilidad de lo sucedido, ya que fueron cubiertos por el sistema fallido de la custodia y cuidado, en el que los médicos también son obligados a permanecer en silencio para evitar repercusiones".
Este caso ofrece sin duda una imagen preocupante de la situación del sistema penitenciario italiano y ha de ser investigado y abordardo adecuadamente.
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