Casi en todos los países del mundo, los no creyentes sufren la discriminación. En un informe publicado el 9/12, la Unión Internacional Ética y Humanista concluye que aunque cada vez hay más ateos, sus derechos se ven cada vez más amenazados. En 13 países, los ateos, pensadores libres y otros no creyentes corren el riesgo de ser condenados a muerte gracias a legislación que prohíbe la apostasía y la blasfemia. En muchos países hay, como mucho, legislación que favorece a las religiones y los religiosos. Los Países Bajos está entre los pocos países que no pone en desventaja a los no creyentes.