Millones de muestras de sangre tomadas a recién nacidos checos durante los últimos casi treinta años deberán ser destruidas.
La decisión es producto de una investigación realizada por la Oficina de Protección de Datos Personales sobre la legalidad de la recogida y almacenamiento de muestras de sangre de neonatos, que ha sido una práctica común en cuatro hospitales checos desde los años ochenta.
La inspección se llevó a cabo después de la denuncia presentada por la ONG Iuridicum Remedium (IuRe) en 2013, que llamó la atención sobre la falta de base jurídica para la recogida de material biológico de prácticamente todos los ciudadanos de la República Checa nacidos en los últimos treinta años.
A dicha queja le sucedió una denuncia individual en 2014, después de que IuRe asegurara representación legal a un demandante que solicitó la destrucción de las muestras de sangre tomadas a sus hijas.
Almacenadas durante cinco años
Jan Vobořil, abogado y director ejecutivo de IuRe, señaló que la decisión de destruir alrededor de tres millones de muestras de sangre es el resultado de una campaña prolongada, que ha conseguido atraer la atención hacia un asunto de extrema importancia que hasta el momento se había pasado por alto.
Aun así, dijo, es una victoria parcial: "La Oficina de Datos Personales considera que las muestras son parte de registros médicos y bajo la legislación actual acepta su periodo de almacenamiento de cinco años. No consideramos correcta esta interpretación: en nuestra opinión, se deben eliminar todas las muestras ya analizadas".