El populismo a menudo camina de la mano de la xenofobia y el discurso de odio, por eso fue importante y valioso el compromiso que asumieron las empresas de tecnología de la información más importantes del ámbito de las redes sociales a principios de este año.
Las empresas de TI se unen contra el odio
Bajo un código de conducta que puso en marcha la Comisión Europea, prometieron que eliminarían rápidamente todo el discurso de odio ilegal en línea que se denunciara, para prohibir de este modo la promoción de la incitación a la violencia y al comportamiento de odio.
Empresas como Facebook, Twitter, Youtube de Google, Microsoft y otras elaboraron una notificación de eliminación válida para garantizar el cumplimiento de las normas y directrices de su plataforma y, en su caso, las leyes nacionales que han transpuesto la Decisión Marco sobre la lucha contra el racismo y la xenofobia. Las empresas se han comprometido a intervenir en los casos de solicitudes de eliminación lícitas en menos de 24 horas mediante y eliminar o inhabilitar el acceso a dicho contenido, si es necesario.
Resultados decepcionantes
A raíz de su compromiso, en junio de 2016, la International Network Against Cyber Hate (INACH) [Red Internacional Contra el Odio Cibernético], con sede en Ámsterdam, realizó un ejercicio coordinado de monitoreo con un grupo de ONG europeas -la mayoría miembros de INACH- para comprobar cómo actuaban reamente bajo el Código de Conducta. Tras un período de seguimiento de seis semanas siguiendo una metodología común, llegaron a la conclusión de que ni el tiempo ni la proporción de contenido eliminado por los servicios de las redes sociales mostraban buenos resultados
Los resultados iniciales muestran que el 28% de todas las notificaciones de presunto odio ilegal en línea conducen a la eliminación del contenido señalado. Sin embargo, solo el 40% de todas las notificaciones se analizan actualmente en menos de 24 horas, mientras que el objetivo del código de conducta era revisar la mayoría en 24 horas.
La Comisaria de Justicia de la UE, Věra Jourová, afirmó: "Las últimas semanas y meses han demostrado que las empresas de redes sociales tienen que cumplir su importante papel y asumir su parte de responsabilidad cuando se trata de fenómenos como la radicalización en línea. Aunque las empresas de TI están dando pasos en la dirección correcta, los primeros resultados muestran que tendrán que aplicarse más para que realmente funcione".
Las plataformas "se deberían haber aplicado más"
Las 12 ONG basadas en nueve países de la UE que participaron en la investigación analizaron las respuestas a 600 notificaciones realizadas en total. El porcentaje de retirada/eliminación del contenido es solo del 28.2%.
Tamás Berecz, analista de INACH, explicó a Liberties que "según el estudio, las empresas de redes sociales podrían haberlo hecho mucho mejor y deberían haberse aplicado más. Su respuesta se redujo a la promesa habitual de que 'mejorarían', mientras que trataron de defender su inacción con argumentos a favor de la libertad de expresión y excusándose en lo intensivo que es el trabajo de supervisión".
La falta de voluntad de las empresas de redes sociales para proporcionar a la CE y a las ONG participantes sus datos internos sobre el discurso de odio en línea complica aún más el proceso. Los expertos de INACH solo ven dos razones posibles para el incumplimiento de sus obligaciones de estas empresas: o bien es una cuestión de capacidad, en cuyo caso las empresas deben dedicar más recursos a estas labores; o bien es una cuestión de desconocimiento, y requieren una formación con expertos en la materia.
En cualquier caso, habrá un segundo período de monitoreo en 2017 para evaluar el progreso y decidir los próximos pasos.
¡Liberties estará ahí para mantenerte informad@!