Los extranjeros — en su mayoría afganos, sirios e iraquíes — exigen el derecho a abandonar el Centro de detención de Bela pod Bezdezem, República checa, para poder continuar su viaje hacia Alemania. Asimismo, han exigido la devolución de sus teléfonos móviles y su dinero.
Los detenidos consiguieron arrancar dos pequeñas puertas en el patio de las instalaciones, pero no lograron dañar las vallas exteriores que rodean las instalaciones, así que nadie pudo escaparse. La policía intervino después de que los extranjeros desobedecieran las órdenes de regresar dentro de las instalaciones y comenzaran a destrozar partes de la instalación.
A raíz del incidente, el ministro del Interior checo anunció que varias unidades de policía serán trasladadas a Bela desde otros condados al objeto de aumentar la seguridad en las instalaciones.
¿Prisión o centro de acogida?
A juicio de un de prensa hecho público por expertos en migración y en cuestiones jurídicas pertinentes, la representación mediática de lo sucedido, que refleja claramente los puntos de vista del gobierno y de la policía e ignoró en gran medida las voces de las personas que viven en el centro, fue parcial.
En un comunicado, la ONG checa Asociación para las cuestiones legales de la inmigración (ACLI) dejó claro que a su juicio las instalaciones de Bela se asemejan a una prisión:
"Los extranjeros que buscan protección internacional en la República Checa tienen que ser colocados en un centro de acogida, o posteriormente en instalaciones residenciales. El Centro de detención para extranjeros de Bela se destina principalmente a los extranjeros que van a ser expulsados de la República Checa después de haber residido de forma irregular en el país. Estas instalaciones también ha sido adaptadas a tal objeto. Se trata en lo fundamental de una instalación de tipo penitenciario: los detenidos residen allí durante semanas o meses, privados de libertad, encerrados en sus alojamientos durante la noche, se les retiran sus teléfonos y su dinero en efectivo y disponen de un número limitado de visitas y cartas por semana. El régimen en las instalaciones de Bela es completamente inadecuado para las personas que buscan asilo, que suelen ser las familias con niños y personas de países como Siria y Afganistán, donde sus vidas corrían un peligro real. Asimismo, las instalaciones de Bela también tenían hasta hace poco una capacidad que no llegaba a las 270 personas, mientras que el número actual de detenidos supera considerablemente esa cifra".
Un enfoque constructivo
Asimismo, ACLI señaló que los solicitantes de asilo se enfrentan a menudo a una situación desesperada y de vulnerabilidad cuando abandonan las instalaciones, en gran parte debido a que sus pertenencias y su dinero ya habían sido confiscadas por las autoridades de inmigración:
"Las autoridades checas no se ocupan en absoluto de la situación de los detenidos y se limitan a esperar que los Estados fronterizos como Hungría o Italia se los lleven de vuelta. Estos estados no son capaces de admitir a todos los solicitantes de asilo, de tal suerte que estos permanecen allí sin hacer nada, privados de su libertad personal en Bela y, muy a menudo, abandonan las instalaciones después del período de tiempo máximo autorizado (esto es, después de unos meses). Entonces se encuentran sin nada en el bolsillo, porque todo el dinero que tenían les ha sido confiscado por las autoridades checas. Esto crea una situación de enorme vulnerabilidad y otro círculo vicioso de residencia irregular en la UE, sin ninguna esperanza de conseguir el asilo de una manera adecuada ".
En lugar de un enfoque represivo y de hablar de la necesidad de respetar las leyes y del cierre de las fronteras, los autores del comunicado de prensa junto a otras personas del sector asociativo han hecho un llamamiento al ministro del Interior para que adopte un enfoque constructivo sobre este tema, incluyendo una mayor objetividad en el tratamiento que los medios de comunicación dan del problema.
Según la ACLI, la aceptación de las solicitudes de asilo, su tratamiento, y el esfuerzo de integración de los solicitantes en la sociedad checa contribuiría significativamente a la solución de la situación actual y, desde una perspectiva más amplia, permitiría ocuparse de la situación en los países de origen de los solicitantes.