Siete años después del brutal asesinato de Michail Stoyanov, el Tribunal de Sofía condenó a las dos personas acusadas de la muerte del joven estudiante de medicina. De acuerdo con Gama News, un medio de comunicación búlgaro LGTBI, Alexander Georgiev ha sido condenado a 13 años de cárcel y Radoslav Kirchev, que era menor en el momento del crimen, a cuatro años y diez meses. Además, deben pagar un total de 250.000 leva a la familia de MIchail.
Stoyanov fue brutalmente golpeado el 30 de septiembre de 2008 en los Jardines Borisova en Sofía. De acuerdo al informe médico, murió por asfixia. En el curso de la investigación, Kirchev y Georgiev admitieron que querían "limpiar el parque de gays". Los dos hombres fueron detenidos dos años después del crimen, cuando los investigadores consiguieron localizarles a través del teléfono móvil de Michail.
La sentencia no es definitiva y puede ser recurrida en el Tribunal de Apelaciones de Sofía. Hristina Stoyanova, madre de la víctima declaró que no está satisfecha con la sentencia.
Legislación de crímenes de odio
El caso se ha convertido en un emblema de los problemas a los que se enfrenta el sistema judicial búlgaro, con los eternos procedimientos previos y los fallos en la imputación. En las últimas semanas se descubrió que uno de los policías que investigaba el caso era conocido personal de uno de los testigos (también miembro de un grupo homófobo) y ni le interrogó. El testigo tuvo que ser interrogado a distancia.
El asesinato de Michail Stoyanov ha sido el motivo de que activistas LGTBI pidan una reforma del código penal que incluya la sexualidad como un móvil de crímenes de odio. A pesar de las muchas protestas y peticiones a organizaciones nacionales e internacionales, los abogados búlgaros todavía no cuentan con una ley en la que ampararse para poder perseguir actos violentos contra personas LGTBI como crímenes de odio.