Desde el domingo pasado se han instaurado controles de identidad para todas las personas que crucen la frontera entre Dinamarca y Suecia por el Puente de Øresund. El gobierno sueco quiere frenar el flujo de refugiados pidiendo identificación con foto para poder cruzar el puente en autobús, tren o ferry. Suecia ha acogido más refugiados per capita que cualquier otro país europeo, pero ahora dice que ya no puede gestionar el flujo irregular de llegadas. Un país de 9,8 millones de personas, conocido por su generosa política de asilo, acogió aproximadamente a 160.000 refugiados el año pasado.