Los suizos han votado de forma abrumadora (65,5%) una ley que otorga nuevos poderes de vigilancia a las agencias de inteligencia del país y que permite que se intervengan teléfonos, correos electrónicos y el uso de cámaras y micrófonos ocultos. Los defensores de esta ley alegan que pondrá a Suiza en consonancia con las medidas de seguridad de los países vecinos, pero sus detractores temen que erosionará las libertades civiles. La nueva ley de vigilancia se aprobó el año pasado, pero no había entrado en vigor pues sus oponentes habían reunido suficientes firmas para forzar este referéndum.