Hombres y mujeres descalzos de toda Italia protagonizaron el pasado 11 de septiembre una muestra de solidaridad con los migrantes y refugiados que intentan entrar en Europa. Solo han pasado unos días y sin embargo ya es hora de quitarse los zapatos otra vez y protestar contra las nuevas leyes anti-inmigrantes de Hungría, que convierten en ilegal el cruce de fornteras y disponen la expulsión inmediata de quienes lo intentan (lea más aquí y aquí). Las sentadas se llevaron a cabo el 21 de septiembre frente a la Embajada de Hungría en Roma, y frente a otros consulados en Italia.