El ministro del Interior belga ha propuesto que los refugiados entrantes reciban "insignias" con una fotografía de la persona, el nombre y la dirección del centro de acogida donde él o ella viva. La iniciativa, propuesta con el fin de tranquilizar a los municipios belgas que tienen que acoger a estos solicitantes de asilo, ha sido muy mal recibida por muchas asociaciones de defensa de los derechos humanos. Estas señalan la estigmatización a que dará lugar y la difuminación de la línea entre los refugiados y los delincuentes.