El uso de perfiles étnicos se refiere a una situación en la que los servicios de seguridad paran o registran a un individuo o su casa o propiedad únicamente debido a su origen étnico y no básandose en ninguna prueba que muestre su implicación en un delito. Constituye una discriminación racial y es ilegal. Recientemente, los servicios de seguridad franceses utilizaron perfiles étnicos para realizar miles de redadas y registros de casas basándose en poco más que el hecho de que pertenecían a personas (aparentemente) musulmanas.
Evidentemente, el origen étnico de una persona puede incluirse en una descripción de una persona sospechosa junto con el resto de características físicas como la altura, la edad, la vestimenta o el color del pelo. Pero una descripción de una persona sospechosa está fundamentada en una serie de pruebas que implican al individuo en cuestión en un delito, como imágenes de cámaras de vigilancia o la declaración de un testigo.
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Por el contrario, los perfiles étnicos se refieren a una situación en la que la policía para o registra a una persona o sus bienes simplemente porque pertenece a un grupo étnico o religioso concreto, por ejemplo es negra o musulmana. Si un servicio de seguridad utiliza perfiles étnicos, está asumiendo que la pertenencia a un grupo étnico concreto convierte a una persona en delincuente o en sospechosa de terrorismo. La ley exige que la policía utilice su poder solo cuando haya posibles pruebas de un delito, por ejemplo si alguien se comporta de manera sospechosa, o trata activamente de evitar a la policía, o está demasiado nervioso, o evita el contacto visual cuando pasa por la seguridad de un aeropuerto, o intercambia bolsas con otra persona. El color de la piel o la apariencia no constituyen ningún tipo de prueba de actividad delictiva.
Las investigaciones demuestran que los perfiles étnicos no funcionan, aumentan la amenaza de seguridad y probablemente contribuyen a otros factores que hacen que las personas sean más vulnerables a la radicalización. Cuando la policía utiliza perfiles étnicos, hacen un seguimiento sobre todo de individuos del origen étnico "sospechoso" y no tanto de individuos de la población mayoritaria u otras minorías. Algunos estudios han analizado lo que sucede cuando la policía ha dejado de utilizar el origen étnico como criterio y utiliza en su lugar pruebas objetivas de actividad delictiva. Los resultados cambian significativamente. El número total de registros llevados a cabo disminuye, el número de delitos detectados (es decir, efectividad de los registros) aumenta y la desproporción de registros que sufren las minorías en comparación con los miembros de la población mayoritaria cae significativamente.
Los perfiles étnicos son ineficicaces pues de hecho, se detienen menos delincuentes y hacen que los servicios de seguridad centren desproporcionadamente su atención en personas inocentes que pertenecen al grupo étnico objetivo, mientras que los sospechosos que pertenecen a la población mayoría u otras minoritarias escapan al escrutinio. Además, como muestran las investigaciones, las personas que se unen al extremismo violento de al-Qaeda o el llamado Estado Islámico pertenecen a una gran variedad de nacionalidades y orígenes étnicos, entre ellos, los conversos occidentales (blancos). De hecho, estos son más propensos a recurrir al extremismo violento que los musulmanes. Cuando los terroristas se dan cuenta de que las autoridades están vigilando a ciertas minorías étnicas, adaptan su comportamiento para evitar su detección y por ejemplo, eligen atacantes de otros orígenes étnicos.
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Los perfiles étnicos se han utilizado a gran escala en Alemania, Estados Unidos y más recientemente en Francia y a pesar de vigilar a cientos de miles de personas debido a su origen étnico, ninguna de estas operaciones ha llevado al enjuiciamiento de delitos de terrorismo.
Además de un desperdicio de recursos y de desviar la atención de posibles delincuentes, el uso de perfiles étnicos suele ser contraproducente a largo plazo. Existen muchas pruebas que demuestran cómo personas inocentes que sufren constantemente el abuso de poder de la policía que les detiene y registra o hace redadas en sus casas, se sienten humilladas y resentidas al constatar que la razón principal por la que les somete a esto es su origen étnico. Desconfían de la policía y se sienten marginadas y alienadas de su comunidad y del país. Además, otra consecuencia adicional que indican los especialistas, es el aumento de la discriminación y de los delitos de odio por parte de la sociedad mayoritaria (que a menudo no se denuncian debido a la falta de confianza en la policía), que en parte son consecuencia de que el uso de perfiles étnicos puede generar una percepción pública de legitimación de la discriminación. Cuando las personas dejan de confiar en la policía, es mucho menos probable que cooperen con los servicios de seguridad, por ejemplo, informando sobre conductas sospechosas o presentándose como testigos. La creciente marginación y la percepción de que no se puede confiar en la policía para proteger a sus comunidades contra la discriminación y el odio fomentan una sensación de injusticia y marginación de la identidad nacional, que juega luego un papel importante en la radicalización. (Más información en la siguiente entrega).